¿Qué es la licencia por salud menstrual?

La menstruación, a pesar de ser un proceso natural, sigue siendo un tema tabú, especialmente en el ámbito laboral. Históricamente asociada con leyendas y supersticiones, la menstruación ha llevado a que muchas personas la vivan en silencio debido al estigma y la vergüenza.

La “licencia menstrual” se trata de un día al mes, en que la persona puede faltar a su trabajo debido al malestar o fuertes dolores provocados por su periodo.

Hay muchas personas que padecen ciclos menstruales dolorosos y restrictivos, pero que aún en esa situación se ven “obligadas” a continuar su vida profesional de todas maneras. Esto emerge como una problemática crucial, y su aplicación, aún en debate, comienza a ser replicada en diferentes partes del mundo, especialmente en naciones asiáticas y europeas.

El gobierno español propuso un proyecto de ley para establecer un “permiso de ausencia menstrual” indefinido, dirigido específicamente a quienes experimentan menstruaciones dolorosas. Esta propuesta, de ser aprobada por el parlamento, marcaría un hito al convertir a España en el primer país europeo en regular un permiso remunerado por este tema.

En Japón, la licencia menstrual está consagrada en la legislación desde 1947. Las empresas tienen prohibido obligar a que trabajen durante esos días. Otros países, como Corea del Sur, Indonesia, Taiwán y Zambia, también han abordado la “licencia menstrual” con diversas regulaciones. Sin embargo, es poco utilizada ya que muy pocas personas sienten la libertad para hablar de sus experiencias en el trabajo.

¿Qué ocurre en Argentina con la licencia por salud menstrual?

En Argentina, donde alrededor de 12 millones de mujeres, personas trans y no binarias menstrúan, se cree que hay una falta de inclusión de la gestión menstrual en las políticas laborales.

Actualmente, existen varios tipos de licencias especiales, pero la licencia por salud menstrual sólo permanece activa en Convenios Colectivos de Trabajo particulares, como el gremio bancario, pero aún no hay una ley nacional que la avale.

El Congreso está debatiendo una ley de gestión menstrual que aborda aspectos ecológicos, de género y económicos. Se busca eliminar el IVA de productos de higiene menstrual y distribuirlos gratuitamente en instituciones públicas. La ley también aborda el ausentismo a clases y actividades laborales, reconociendo la importancia de comprender y apoyar las necesidades de quienes menstrúan.

Asimismo, las personas que transitan ciclos menstruales, suman otras problemáticas ocultas, como el climaterio y la menopausia, las cuales pueden afectar sus carreras profesionales.

Inclusive, hay quienes afirman que contemplar este tipo de licencia dentro de una ley laboral puede fomentar aún más la discriminación que ya sufren muchas mujeres y personas trans durante el proceso de contratación. Como vemos, es un tema controversial, pero lo importante es que tan solo debatirlo, ya colabora en la visibilización y desestigmatización de la menstruación.