Cuidado con el Síndrome de Wendy en las relaciones laborales

En el competitivo mundo laboral actual, es importante contar no sólo con los conceptos técnicos y las habilidades blandas necesarias para el éxito profesional, sino también los aspectos psicológicos que influyen en nuestra carrera.

Uno de ellos es el llamado “Síndrome de Wendy”, un fenómeno que puede afectar significativamente en el entorno de trabajo.

¿Qué es el Síndrome de Wendy?

El Síndrome de Wendy, aunque no es una terminología médica formal, se ha popularizado en el contexto laboral para describir una dinámica en la que una persona dedica tanto esfuerzo a cuidar y apoyar a los demás que descuida sus propias necesidades y desarrollo.

Este comportamiento suele darse principalmente en las personas de sexo femenino. Por supuesto, se debe al rol de cuidadora que la sociedad le impuso históricamente a las mujeres.

Se lo llama así por Wendy Darling, el personaje de la historia de Peter Pan, quien se dedicaba a cuidar de los niños perdidos en el país de Nunca Jamás.

¿Cómo saber si tenemos este síndrome?

Identificar el Síndrome de Wendy puede no ser tan sencillo, ya que a menudo quienes lo padecen, lo hacen sin notarlo. Algunos signos que podrían indicar su presencia son:

• Falta de desarrollo personal: si estás sacrificando constantemente tu propio crecimiento profesional y personal para ayudar a los demás, podrías estar en riesgo de padecer el Síndrome de Wendy.
• Dificultad para decir “no”: tener dificultades para establecer límites y sentirse obligado a aceptar todas las tareas y responsabilidades que otros te imponen podría ser un indicio.
• Sentimiento de culpabilidad: si te sentís culpable cuando te tomás tiempo para cuidar de vos o priorizar tus necesidades, esto puede ser una señal de que estás experimentando el síndrome.
• Baja autoestima: el Síndrome de Wendy suele estar relacionado con una baja autoestima, lo que lleva a la constante búsqueda de validación a través del apoyo a los demás.

¿Cómo puede afectar en el trabajo?

El Síndrome de Wendy puede tener un impacto negativo en la vida laboral de las personas. Algunas de las formas en que esto puede manifestarse incluyen:

• Estancamiento profesional: aquellos que descuidan su propio desarrollo por el de otros tienden a avanzar más lentamente en sus carreras.
• Agotamiento: la falta de equilibrio entre el trabajo y la vida personal puede llevar al agotamiento, lo que a su vez puede afectar el rendimiento laboral.
• Falta de reconocimiento: las personas con el Síndrome de Wendy normalmente se sienten infravaloradas en el trabajo, ya que su enfoque en cuidar a los demás puede pasar desapercibido.
• Conflictos y estrés: la dificultad para poner límites puede dar lugar a conflictos con colegas y superiores, generando un entorno laboral estresante.

El mensaje no es que dejemos de ayudar a los demás, ya que esto es importante para lograr un buen clima laboral en el que sientas comodidad siendo parte. Pero sí es fundamental que prestes atención a cómo te afecta y hasta donde podés colaborar con tus compañeros.

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