
Históricamente y alrededor de todo el mundo, existe la idea de que hay trabajos que son exclusivos para hombres y otros solo para mujeres.
Estos trabajos que están preestablecidos según el género se dividen así en base a roles, normas y estereotipos sobre lo que un hombre o una mujer puede o no hacer según la cultura de cada lugar. A esto llamamos puestos de trabajo feminizados y masculinizados.
¿Cuáles son los trabajos feminizados y masculinizados?
Los trabajos feminizados son aquellos que, en su mayoría, siempre estuvieron realizados solo por mujeres. Están ligados a tareas de protección y reproducción como el cuidado de niños o adultos, enfermería, tareas del hogar, secretarias, empleadas domésticas, entre otros.
Lo mismo pasa con los trabajos masculinizados, a los hombres siempre se los asocia con el trabajo duro y por fuera de la esfera privada, es decir, trabajos fuera del hogar como obreros, operarios, trabajos de construcción. Y también, relacionados con los altos mandos de empresas como gerente o jefe.
Problemáticas con trabajos feminizados y masculinizados
Actualmente aquellos trabajos que son considerados “tareas del hogar” como de limpieza, cuidado de niños y/o adultos mayores se vuelven parte del mercado laboral pero con condiciones de trabajo precarias, con altos porcentajes de informalidad y hasta poco reconocimiento en materia de género.
En el mundo laboral hubo muchos avances en materia de género, sin embargo la brecha de desigualdad sigue existiendo e incluso atravesadas por barreras invisibles que alimentan esa disparidad.
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