
El proceso de offboarding o proceso de desvinculación, es el conjunto de acciones y etapas que se llevan a cabo cuando un colaborador finaliza su relación laboral con una empresa. Esto puede darse tanto por una renuncia voluntaria como por una decisión de la organización.
Así como el onboarding se centra en la integración del nuevo empleado, dándole la bienvenida, formándolo y acompañándolo en sus primeros pasos, el offboarding busca asegurar una salida ordenada, respetuosa y humana.
Beneficios del proceso de offboarding
Un offboarding planificado y humano trae múltiples beneficios, tanto para la empresa como para el colaborador:
- Organización interna: contar con un protocolo de desvinculación permite a la empresa asegurarse de que se tomen de vuelta accesos, dispositivos, tarjetas o llaves, y que se firmen los documentos necesarios sin inconvenientes.
- Imagen institucional positiva: una salida respetuosa fortalece la reputación de la empresa como empleadora, no solo entre los equipos internos, sino también en el mercado laboral.
- Ahorro económico: evitar errores administrativos o pagos erróneos tras la salida de un colaborador reduce pérdidas financieras.
- Feedback útil: realizar entrevistas de salida permite detectar oportunidades de mejora en la cultura organizacional o en los procesos internos.
Pasos para un buen offboarding
Para que el proceso de salida sea lo menos disruptivo posible y refuerce el compromiso institucional es clave seguir ciertos pasos:
- Comunicación clara: es importante que la desvinculación sea comunicada con tiempo, respeto y claridad. Explicar los motivos y brindar espacio para el intercambio ayuda a generar un cierre sano.
- Información a los equipos: informar al equipo sobre la salida y cómo se distribuirán las responsabilidades o tareas evita incertidumbre y promueve la transparencia.
- Revisión administrativa: asegurar que todos los procedimientos administrativos estén completados para evitar inconvenientes posteriores.
- Despedida profesional: reconocer públicamente los logros de la persona que se retira y agradecer su paso por la empresa fortalece la cultura organizacional.
Implementar un proceso de offboarding bien estructurado es una señal de madurez organizacional. Las empresas que se preocupan por cerrar ciclos laborales de forma respetuosa demuestran compromiso con su cultura interna y con la experiencia del empleado hasta el último día, prueba de un entorno laboral saludable.
En un contexto donde el talento valora cada detalle, cuidar el proceso de salida también puede convertir a excolaboradores en futuros aliados, embajadores de marca o incluso, en el tiempo, nuevos talentos reincorporados.
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